(Fumando) Bajo La Lluvia

Las nubes tintaban el cielo azul de negra plata.
Ella andaba cada vez menos besable.
Comenzaba el gota a gota, y, en mi boca, un cigarro se mojaba.
El tiempo estaba por no echarme un cable.

Me serví de los olivos para que no me calara
el mar de lamento que excretaba el paraíso.
Pensé en marcharme, pero esperé a que amainara,
y entre calada y calada recordé lo que me quiso.

Y volví a entrar, como si rampara en un caballo blanco,
como quien busca con urgencia el excusado,
como si de un beso abrumador fuera el heraldo.

Y en el zaguán de sus labios salió el sol, se fue el nublado.
Salieron despavoridos de los olivos todos los pájaros.
Y en un tirón de crines, aun no recuerdo, si hicimos el amor o nos follamos.

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