Siendo yo maestro de escuela me preguntó un niño un día:
"Maestro, ¿qué es lo más grande, Europa o Andalucía?".
Puse en orden la sala con voz de recia energía,
y, cuando se hizo el silencio entre la chiquillería,
comencé, de ésta manera, mi lección de geografía:
Un continente, una isla, un país o una región
no es más grande porque tenga una mayor extensión.
Los pueblos suelen ser grandes por su arte, su belleza;
por la gracia de su gente; su valor; por su endereza.
Y esos cuatro puntales que engrandecen la nobleza
son privilegio de Dios y de la naturaleza.
Ni se venden con armas ni se compran con riquezas.
Por eso, en todo el contorno que el mapa de Europa encierra,
no hay una región más linda ni más grande que mi tierra.
Y proseguí mi conferencia dando una visión profunda
de las provincias principales de mi región andaluza.
Y hablé...
Hablé de mi Cai blanco, salaito, marinero;
de mi Huelva colombina; de mi Jaén minero.
De mi Málaga "la bella"; del embrujo de Almería;
de mi Córdoba moruna; y de mi triste Graná bajo la luz de la luna.
Y cuando llegué a Sevilla, sin poderlo remediar,
la sangre me hizo cosquillas, y no lo pude evitar...
Salté del entarimao', retiré bancas y sillas,
y como un endemoniao' me arranqué por seguirillas'.
Los niños me jaleaban con palmas de pelotilla,
y yo, que estaba entregao', de la forma más sencilla,
mandé por mi pandereta, mis botas de cabritilla,
un poco de jamón serrano y una copa de manzanilla.
Al director de la escuela, que no se le iba un detalle,
entró como entraría un Duque por la Corte de Versailles.
Me dio quinientas pesetas, me arrancó por el talle,
y me puso de patitas en la puñetera calle.
Y hoy voy como un mendigo por calles y plazoletas
pregonando, con voz ronca, mantillo pa' las macetas.
Y los niños tontos, al verme pasar, me van saludando con este cantar:
"Maestro Facundo, ¿cual es la región más grande del mundo?".
Y yo, arrastrando mi pena, pecao' de la geografía,
voy contestando a sus coplas con un deje de agonía...
Aunque me dieran martirio, aunque me tomen por loco,
aunque me vaya muriendo de hambre poquito a poco..
Que lo más grande en este mundo, aunque parezca ironía,
no es ni América, ni Rusia, ni si quiera Oceanía;
que lo más grande de este mundo será siempre ANDALUCÍA.
Qué Malos Pelos ni qué nada...es de lo más emocionante que me he encontrado...Deberían preparar una gira por Locombia...perdón por Colombia.
ResponderEliminartelita, los pelos como alcayatas que emoción le ha metido a la interpretación del poema, ole maestro
ResponderEliminar¡Que manera de interpretar!
ResponderEliminarNo conozco Andalucía pero ya la siento mía.