Martes 13

Tengo una canción que se merece
que la cante una y mil veces,
aunque no quiera mi voz.

Tengo una montaña de intereses
que cuando te acercas crece,
colapsando mi interior.

Aunque no me importe el momento de recapacitar
mejor no me amedrento con racionalizar
este estado perfecto del verbo libertad.

Tengo mis desastres, mis historias,
mis movidas y mis fobias
para no pedir amor.

Roto, porque ya me sabe a poco
cada Lunes que te toco.
Ya no me causas perversión.

Puede que me asuste la vida y me de por llorar,
pero si antes me miras y me das tu bondad
yo te curo la herida y luego me echo a volar.

Qué pena marcharme,
aunque haya veces que finja que me intereses
solo por dormir en tu colchón.
No hay arreglo pa este Martes 13,
me beses lo que me beses,
aunque quieras convertirte en este adiós.


Vendo los enjambres de una noche,
sin el mal de los derroches
que acarrera el desamor.

Casi como el alma de un fantoche
voy besando los reproches
del final de tu edredón.

Se que no me queda ni fuerza ni destreza moral
para andar con inventos, en lugar de afinar
el compás de mi tiempo.

Qué pena marcharme,
aunque haya veces que finja que me intereses
solo por dormir en tu colchón.
No hay arreglo pa este Martes 13,
me beses lo que me beses,
aunque quieras convertirte en este adiós.



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